Homeostasis

“Ese esfuerzo por el que cada cosa persevera en su ser no es más que la verdadera esencia de la cosa”

                                                                     Spinoza

No tengo una identidad determinada, soy la vida creándose a sí misma, como siempre lo hice, desde dentro; sin origen conocido y sin final imaginado.

Mi código genético sirve a la vida, es una de sus múltiples herramientas, la vida creó el ADN para prevalecer y mejorar. Yo utilizo mis genes para crear sentimientos que me hacen evolucionar.

No soy alguien en concreto, ya estaba antes de nacer y seguiré existiendo tras la defunción de mi identidad: ese símbolo con nombre y apellidos que representa a miles de millones de células de las cuales un tanto por ciento muy elevado ni siquiera tiene ADN humano.

Mi identidad real es Vacío puro o Plenitud absoluta, es lo mismo. Soy una manifestación del universo a la que llamamos Vida, igual que a otras manifestaciones les llamamos energía oscura u ondas gravitacionales.

Cuando recuerdo entro en el Vacío. Si pienso en el futuro me pierdo en el Vacío. Al centrarme en el ahora desaparezco en el Vacío.

Un sentimiento negocia opciones con mi sistema nervioso y mi razón estructura el Vacío.

La muerte me regala un espejo donde me observo desde el Vacío. La vida me vacía de la muerte frente al espejo del Vacío.

Razono desde el Vacío, me siento desde el Vacío. Soy el vacío absoluto de la plenitud del Vacío.