Ego-liberación

 

“Se puede decir que el ego es una recopilación de posicionamientos que se mantienen juntos gracias a la vanidad y al miedo, y que se desmontan en virtud de una humildad radical que socava su programación”

 (Dr. David Hawkins)

 

Cuando piensas… ¿Quién piensa cuando estás pensando? ¿Quién camina cuando estás caminando? ¿Quién respira cuando estás respirando?… Dirías Yo… ¿Quién es “Yo”, cuando dices: “yo soy quien piensa”? ¿Quién es ese Yo? ¿Dónde está ese Yo? ¿Qué es ese Yo? ¿Dónde está la consciencia de ese Yo? ¿En alguna parte del cerebro? ¿En los intestinos? ¿En el tejido neuronal que recorre todo el cuerpo? ¿Dónde está “tu Yo”? ¿Dónde estás? ¿Desde dónde tienes consciencia de ti mismo?

Por Voluntad de La Fuente, de Lo que ha creado el universo; lo llamemos Dios, Gran Espíritu o Mecánica Cuántica… Lo cierto es que no tenemos ni idea de lo que es, ni de cómo ha creado el mundo en el que existimos. Anochece y amanece, nos despertamos, vamos al trabajo o quedamos para cenar; estamos dotados de la percepción, que nos dice que hemos sido nosotros los que nos hemos despertado, o los que hemos quedado para cenar o  los que hemos conseguido un trabajo al que ir a diario pero, no, todo esto pasa un instante antes de que pensemos que lo estamos haciendo, vivimos la ilusión de hacer las cosas, pero realmente es la Naturaleza, el Código, la Leyes que rigen el Universo las que lo hacen por nosotros; que lo único que hacemos es percibir que somos los protagonistas de una historia que, en verdad, pasa al margen de nuestra voluntad.

El Ser, diseñador del Universo, se ha dotado de órganos de percepción externos, como los cinco sentidos, e internos como la mente, para completarse a Sí Mismo, deviniendo limitado, viviendo lo que muta, lo que cambia de color, de sensación, lo que nace, lo que muere… ¿Por qué lo Eterno, lo Inmutable, lo Puro, se limita dotándose de órganos auto-limitantes? ¿Por qué el Ser se auto-crea como el ser? Porque para ser Todo debe ser lo Ilimitado y lo limitado, lo Eterno y lo efímero, sin que el Ser se vea afectado por el tiempo o la muerte.

Cuando el Creador habita en cada criatura no se impregna de su humanidad o de su animalidad, sólo la crea y está presente en ella, pero sin perder su inmutabilidad, eternidad e impecabilidad. Es el Ser preexistente; lo previo al Big Bang que continúa existiendo inmutable, mientras, al mismo tiempo,  se expande con la materia en cada segundo posterior a la gran y primigenia explosión, pero sin dejar de ser la unidad previa, experimentando la constante expansión del universo sin dejar de ser la unidad de masa infinita previa a esa Primera Explosión.

Por lo tanto, de la misma manera que no utilizas tu mente, para decirle al estómago cómo tiene que digerir los alimentos que comes, o a los pulmones lo que tienen que hacer con el aire que respiras; tampoco es necesario que utilices la mente para decirte a ti mismo lo que tienes que hacer en el trabajo, o con tus hijos, o con tus amigos; todo pasa de manera automática, al igual que la respiración o la digestión.

Si te fijas, tampoco utilizamos la mente para decirle a la Tierra cómo tiene que dar vueltas alrededor del Sol, o a la Luna como debe girar en torno a la Tierra, tampoco le decimos a la Naturaleza lo que tiene que hacer para que nieve, o para que las olas se muevan en el mar.

Exactamente igual pasa en nuestra vida, se genera de manera automática, en sincronía con todo el universo, uno partido por diez mil segundos antes de que nuestros órganos de percepción tengan noticia de ello. Es decir, pienses lo que pienses hoy, va a pasar ante ti lo que el Plan del Ser Cree a cada instante, y no lo que tú crees que haces en cada uno de esos instantes. Si lo piensas bien, es una enorme liberación.

Tú sólo tienes que preocuparte de observar tu vida. La libertad o libre albedrío se limita a cómo la percibes; eso sí depende de ti, depende de cómo tengas entrenados los órganos de percepción.

Se podría utilizar el “relájate y disfruta”, si no fuera porque hasta llegar a ese punto, en el que siendo consciente de que la Creación hace las cosas por ti, y mucho mejor que tú (Ego) lo harías, hay que entrenar los órganos de percepción para que jueguen de nuestro lado y no contra nosotros.

Con diferentes técnicas tenemos que irlos calmando y acostumbrando a que no hay nada de lo que tener miedo, ni culpa, ni desconfianza… Si observamos la Creación, veremos que todo funciona con fluidez, sin bloqueos, en un constante equilibrio que se genera con cada latido del universo.

Del mismo modo, nosotros somos Creación, somos Universo y siempre lo hemos sido. Por lo tanto pensar que nos hemos dañado a nosotros mismos o a alguien de nuestro entorno, es una ilusión de nuestro prepotente ego. No hemos hecho nada mal y no hay nada que temer de los efectos de lo que hacemos a cada instante, porque no somos nosotros los que lo hacemos, sino que es la Creación que se auto-crea sin cesar como un gigantesco y único Todo al que pertenecemos

2 Comentarios

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s