La no acción significa hacer sin rozamiento; vaciado de ti; vivido por la esencia cósmica; bailando al ritmo del corazón cuántico que nunca comenzó a latir y nunca dejará de hacerlo.
No hacer significa trabajar para tus manos, pensar para tu mente o crear equilibrio para tu columna vertebral.
La no acción ejecuta todos los actos desde el orgasmo: no fricción y máxima sensación. No haciendo… perforando las entrañas de todos los anhelos de la infancia, de todos los sueños hechos añicos por la contemplación de la falsa ilusión.
No haciendo… construyendo el cielo en el corazón del infierno. No haciendo… elaborando el amor con el que los árboles crecen y dan sombra a lo Eterno cuando ya te entregó el Tiempo. No haciendo… frente a la piedra filosofal, frente al rojo que te convierte en oro para siempre, oro invisible, oro transfigurado; la gota de la esencia que muta en nada porque es Todo.
No haciendo… calibrando la cuerda que te da el ritmo con el que te adoras y te sacrificas para entender porqué has encarnado y porqué sueñas siempre con el latido inmutable de la Verdad. No haciendo… toboganes de deberes cayendo sumisos hacia la bodega del nunca más.
No haciendo… el saber te tumba frente a lo que eres y no habla, no hace fotos, no interroga, sólo graba como un recién nacido, lo graba todo, la música la pone Dios y es para siempre, o no.
Posdata: En la máquina de helados del café azul, donde quedábamos antes de ir al colegio, han plantado un planeta, da vueltas en torno a un sol violeta… ¿Quedamos?